Bolita

La pesadez hecha bolita entre los dedos. Y golpear un útero cuadrado cuando el disco deja de murmurar la canción esperada. Repiqueteo de nalgas al aire. Agua con gas en la garganta para custodiar esa escalera por la que sólo suben los que ya no van a ninguna parte. Abrazar las palabras que nunca escribimos nos hace menos despreciables ¿no es cierto? Magnánimos con un fuerte olor a orina de anciano muerto de hambre. Ingratos con el tiempo: de cruzar los meses se trata -apenas- esta amarga aventura de piratas con dos piernas y galeones que nunca se hunden... De escribir ciento uno menos cien anhelos con la mano y borrarlos con las escamas del codo: hasta caer de la planta. Madurar hasta volverme un individuo. Se pudre la madera y muere asado el último duende de las sonrisas desdentadas...

Agujero en las muelas. ¡Hola, niño-porquería! ¿Por qué no me advertiste de mí? ¿Y ahora qué hago con este metro ochenta y pico? Con este pelo largo en rodete y mis pestañas de pararrayos. Las cejas boscosas y una nariz de acantilado. Las manos carcomidas de dedos y la espalda estrecha. ¿Qué hago, niño-basura? Con los cuatro pelos del pecho y una cicatriz de varicela en el abdomen. El ombligo hacia fuera repleto de pelusas. El pubis de malezas. El pene encorvado y ligeramente hacia la izquierda. Los testículos colgando cual telaraña desgarrada por el viento. ¿Qué hago, niño-inmundicia? Con estos muslos enrulados de pelo negro y duro. Las rodillas escuálidas. La tibia de alfiler y el tobillo de un canario en huelga de hambre. Los pies de gigante dormido. ¿Qué hago, niño-pus?

Un inesperado movimiento intestinal me advierte que hoy olvidé levantar el talón en el supermercado para decir “Presente”. Quizás ya me he acostumbrado a la joroba detrás del cuello. Y dejé de buscar ofertas para ahora coleccionar personas ciegas que juegan a contar monedas sólo después de haberlas perdido. Qué decir... la equivocación de la alegría todavía me provoca calambres cuando duermo. Ni hablar de las voces que me desconocen ¿Puedo volver cuando quiera? ¿Mañana está bien? ¿No molesto? Curso acelerado para sonreír en una foto. Hacerle señas, con una mano y por detrás de todos, a la culpa para que no robe cámara...

Aún puedo hacerme bolita entre mis propios dedos. Conozco de cerca las tormentas más certeras y, aunque no lo parezca, soy adepto a los aniversarios que mezclan tortas con lágrimas y puñaladas en la nuca. La comida agridulce me roba los pantalones sin que yo me resista. Luego viene el desmayo pero, con el tiempo, me he acostumbrado a todo esto: ya no aplaudo. Sólo asiento con la cabeza. Apruebo. Y congelo los labios cada tarde un poco más. Cada noche un poco más. Cada vida un poco más...

Comentarios

unsologato dijo…
muy bueno che...muy bueno... merece ronroneo y aplauso...

saludísimo felino!!!
bruno dijo…
Me gustó mucho, me deja pensando tambien,,,
bruno dijo…
Me gusto mucho, me deja pensado tambien...

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