Escasez

Quisiera desahogarme de tanta inmundicia. Tanto idiota sin correa. Que los ojos no me ardan ni las voces me expliquen cuántos relatos falsos suma la ignorancia. Sería fascinante sentir menos clavos en el cuello.

No tener ganas de estropearme el mentón a trompadas...

A veces sólo queda la monotonía de la garganta autoritaria. Un griterío de piernas de pie que llevan la canción entre palmas. Yemas pulsando teclas como jeroglíficos que abren puertas ilusorias: ése es tu mérito. El único.

Escasea la grandeza. Como los oídos y las puertas sin rejas: hay una huelga de escaleras para incendios. Lo mejor es sentarse a esperar. Abrazar al mejor amigo ausente. Y luego encender una mecha cuidando que -esta vez- la pared no aparezca manchada de párpados y dientes.

Nada de inventos, por favor. Ahora la leyenda mejor narrada es la que termina con una ventana hecha añicos y un hombre corriendo. Que no soy yo. Pero me gustaría serlo...

Comentarios

Una tipa dijo…
Me pone muy contenta descubrir que tu estilo no se pierde.

Dale para adelante, amor!
Una tipa dijo…
Había dejado un comentario pero tal vez no me salió :P

Me alegró mucho amor descubrir que el link que me pasaste hoy a la mañana desembocara en este escrito, que lleva tu sello.

Ya lo había dicho, pero realmemte me hace feliz que no se haya perdido.
HJB dijo…
Quizás el mundo podría ser un lugar mejor, quién dice. Pero en fin, golpea el orgullo ver como terminamos sentándonos a esperar, resignados a alimentarnos de lo mismo que detestamos hasta que alguna catástrofe definitiva cambie el curso de las cosas...

Impecable lo suyo, Eleisegui.

Un abrazo
Anónimo dijo…
Toro-Voc dijo


Mamá me enseñó desde que era yo aún pequeña infante, una frase, atendiento, igualmente, a la severidad de su comprometido significado. Es la siguiente: "Lo prometido es deuda" (¡Grabada a fuego me quedó! Por lo cual soy tan renuente a plantar promesas)
De tal manera, obedeciendo a esas palabras que te dejé junto a disculpas en tu CARTEROTRÓNIX 2008 DE LUXE, te cuento que lo hice, Si, señor. "Aunque usted... no lo crea". Lo hice. Leí tu cuento con la mejor modulación de mi voz en alto, adicionada a la correspondiente, merecida gestuación. ¡Ah..! Si mi querida Sra. María Ester Gómez Carrillo de Daniele (mi profesora de declamación. + Q.E.P.D.)me hubiese visto...
OK. Ahora pasemos a la vivisección (¿vivi? ¡Caramba, qué coincidencia!):
Calidad del texto: La de siempre, Patricio. Podrán por allí decir que desbordás en metáforas otorgándole confusa amorfia a tus escritos, pero, salvo unas pocas excepciones, yo los percibo -como a este- poéticos. Aún cuando hablan de calamidades, miserias y otras desdichas HUMANAS.
Contenido del texto:
El pesimismo hecho letra. Y reconozco que suele ser casi siempre nuestra mejor canción. Pero no debemos olvidar que así es como están las cosas porque así deben estar las cosas. (Este es un tema que da para largo debate). Al menos, "yemas pulsando teclas como jeroglíficos que abren puertas ilusorias", "sentarse a esperar" y "abrazar al mejor amigo ausente" nos dice que valió la pena todo lo demás.
Opinión general, subjetiva y personal:
Conmueve. Duele un poco. Y, acostumbrada a una mucha mayor extensión de tus textos, la brevedad de este me sorprendió en cuanto a las sensaciones que despierta en pocas palabras.
OK. Ahora sí. tirate por la ventana y salí corriendo nomás. (Pero no te olvides de llevar la notebook bajo el brazo)
P dijo…
automaticamente me llevo tu relato a la pelicula "The Wall" de Pink Floyd-Alan Parker, en las escenas animadas del tema "The trial", si bien las circunstancias son distintas, no pude dejar de comparar...
Anónimo dijo…
Si bien escaso, el genio aparece de vez en cuando y nos sorprende.

ergo, brindo por ese genio disfrazado de periodista.

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