¡Qué loco estabas, Trinche! ¿Cómo le vas a hacer caso a ese burlón que sólo piensa con el corazón y jamás con la cabeza? Pero vos no podías con el genio. La tenías que hacer. Y el “Meté un caño de ida y vuelta, Trinche, dale”, que te reclamó el otro pistola te encantó. Y ahí nomás hiciste la impensada. ¿Cómo era? Vos la explicás mejor yo: “Tiré un caño y cuando el defensor se dio vuelta le tiré otro. Lo hacía seguido, aunque ese día la cancha se venía abajo. Fue la única vez que se abrazaron los de Newell’s y los de Central”. Ah, pero esa no fue en cancha de Central Córdoba ni frente a Talleres de Remedios de Escalada. La que contás fue otra, Trinche. Fue en el baile que ese combinado rosarino armado con leprosos, canallas y vos, que no jugabas en ninguno de esos clubes, le pegó a la Selección que después Vladislao Cap llevó al Mundial de Alemania. ¿Te acordás la fecha? 17 de abril del 74. Bajaba el telón del primer tiempo y ustedes ya le habían metido 3 a la celeste y blanca. Despué...