Trenque Lauquen, de ciudad ecológica a bastión de los agroquímicos


En su momento, el distrito fue ejemplo por sus políticas para el tratamiento de basura y la apuesta por los espacios verdes y otras formas de agricultura. Hoy, el sector político blinda el uso de 2,4-D, niega acopio en la ciudad, y hace silencio ante estudios que prueban contaminación con herbicidas en el tejido urbano

Por Patricio Eleisegui
@Eleisegui



Hubo una época en que su nombre era sinónimo de ecología en la provincia de Buenos Aires. Los gobiernos municipales entre los años 90 y principios de 2000 diseñaban e implementaban normativas y acciones con foco en el reciclado de la basura, la reutilización de materiales para la construcción descartados, e incluso variables de cultivos mediante técnicas novedosas para la región.

Sin embargo, todo eso quedó en el pasado de la mano de la rápida consolidación de uno de los modos de producción agrícola predominante en la Argentina: la aplicación a mansalva de agroquímicos.

Ubicada en el oeste del territorio bonaerense, la ciudad de Trenque Lauquen (más de 40.000 habitantes) aparece hoy como un auténtico bastión de los pesticidas a partir tanto del uso expandido de químicos como el glifosato, el 2,4-D y la atrazina por parte de los productores, como de la anuencia política que protege este status quo.

Sin dudas, el distrito representa en la actualidad un claro ejemplo de cómo el poder económico incide directamente en las acciones municipales.

Un ejemplo de esto tuvo lugar el pasado viernes cuando los concejales del oficialismo de Trenque Lauquen se ocuparon de trabar un proyecto de ordenanza que establece la prohibición al uso y transporte del herbicida 2,4-D.

Los funcionarios alineados con el intendente Miguel Fernández -radical pero bajo el paraguas de Cambiemos, médico de profesión, con la gravedad que ello implica al momento de avalar la utilización de compuestos cancerígenos-, apelaron a un paso formal cuanto menos vergonzoso: tras declararse ignorantes en la cuestión, decidieron remitir el proyecto de ordenanza para su análisis a un consejo asesor integrado por representantes de, entre otros actores, la Sociedad Rural, la Cámara de Aplicadores de pesticidas, y vendedores de, por supuesto, el herbicida en cuestión.

Si bien ese mismo consejo nunca se reunió desde su creación -tampoco tiene definido su reglamento interno ni otros criterios de funcionamiento-, hizo su aparición justo la semana en que se discutió la prohibición.

Según documentación a la que accedió este periodista, el 21 de septiembre los grandes beneficiados de las fumigaciones pidieron que se les permita evaluar la situación de veto al herbicida. Lo particular es que cualquiera sea el pronunciamiento del consejo asesor, su palabra no es vinculante. O sea, no tiene implicancia normativa.

Pero, en todo ese movimiento burocrático de los concejales de pronto considerando este pedido, lo que se hizo fue otorgarle más tiempo a los fumigadores. Que en este momento están en el cenit de las fumigaciones con 2,4-D dada la época del año.

En definitiva, la posición de los funcionarios que responden a la Municipalidad de Trenque Lauquen fue esa: permitirle a los productores, los comerciantes y los pulverizadores, continuar con las ventas y aplicaciones al menos por unos meses más.

Pero esta anuencia del sector político para quienes se benefician con la pulverizaciones no representa un caso puntual.

A mediados de septiembre, dos concejales del mismo distrito acercaron a este periodista sendas fotografías que prueban que la compañía FerroExpreso Pampeano SA, perteneciente al Grupo Techint, almacenó bidones con agroquímicos en uno de los galpones de la céntrica estación de trenes de la misma ciudad.


Silencio documentado
La situación fue manejada en completo silencio por la Municipalidad pese a que se conoció documentación que prueba que ya el 23 de agosto de este año los concejales Federico Crowder y Pablo Larrosa transmitieron el ilícito a Ana Paula Motrel, la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Trenque Lauquen.

La ordenanza vigente para dicha ciudad, número 3965/2013, establece entre otros ítems:

Artículo 13º.- Del acopio: Se prohíbe el acopio de Agroquímicos y sus envases en el Centro Poblado, excepto Zona de Acceso, Zona Banda de Ruta, Zona Industrial Mixta y Zona de Acceso 1 (ZA, ZBR, ZIM, ZA1);
13.1.- Se prohíbe el acopio de envases utilizados por productos Domisanitarios y Línea Jardín Perihogareña en el Área Urbana.
13.2.- Las empresas deberán informar al Departamento de Medio Ambiente al momento de habilitar, la capacidad máxima de almacenaje en depósitos.
Artículo 31º.- De la responsabilidad: El Departamento Ejecutivo, a través del Departamento de Medio Ambiente y Dirección de Contralor General deberá controlar el cumplimiento de la presente Ordenanza, y en caso de infracción proceder según establece la ley vigente.
Artículo 32º.- Del transporte y otros: Los funcionarios del Organismo de aplicación intervinientes en las tareas de inspección y/o fiscalización de la presente Ordenanza están facultados para realizar controles en cualquier vehículo destinado al transporte, playas de carga o descarga, depósito y todo otro lugar destinado a la logística de productos químicos o biológicos de uso agropecuario y podrán tomar muestras de los productos.

En concreto, FerroExpreso Pampeano violó sistemáticamente la regulación. Sin embargo, la Municipalidad no le aplicó sanción alguna.

La única respuesta de la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable hasta el momento, además de negar el hecho, consistió en declarar ante los medios locales que le iniciaría acciones judiciales a quien aquí escribe por exponer en su cuenta personal de Facebook el incumplimiento de la normativa.

Fue el mismo Pablo Larrosa, concejal de la ciudad, quien acercó el detalle del derrotero de notificaciones y movimientos de Motrel una vez denunciado el acopio ilegal. Siempre según el funcionario, las cosas se dieron de esta manera:

El almacenamiento fue denunciado ante la Secretaria con pruebas y fundamentos el 23 de agosto.
•Motrel aseguró que se acercaría al galpón de la estación de trenes el día 26. No lo hizo, siempre según Larrosa.
Ya el 1° de septiembre, Motrel recién se lanza a una primera inspección. Pero después alega ante los denunciantes que no pudo revisar el lugar en tanto ningún empleado de FerroExpreso se ocupó de abrir las instalaciones.
•La historia culmina con la funcionaria hablando con el gerente de la empresa del grupo Techint, quien se compromete a retirar los envases a la brevedad.

Hay una ilegalidad extra que alcanza a FerroExpreso Pampeano SA y que Crowder y Larrosa expusieron ante la funcionaria: la empresa fumiga su tendido siendo que la Comisión Nacional del Transporte (CNT) prohíbe desde 2013 la aplicación de herbicidas para el control de malezas en vías y zonas aledañas.

La presentación de los concejales:


La empresa, hasta el momento en que se escriben estas líneas, sigue invicta en materia de sanciones, mientras que Motrel se mantiene en la posición de negar el incidente.

Sin embargo, Crowder expuso ante este periodista una serie de chats de WhatsApp en los que la funcionaria reconoce haber mantenido diálogos con los responsables de FerroExpreso Pampeano SA ubicados en General Pico, provincia de La Pampa, quienes se colocan a disposición para "retirar lo que hay" a fin de ponerse a tono con la ordenanza violada.

Pero, claro, la situación en ese punto del oeste bonaerense no hace más que mostrarse como una continuidad de lo que viene ocurriendo en Trenque Lauquen en los últimos años.

Sin ir más lejos, a mediados de 2015 un estudio encargado por la administración que en ese momento encabezaba Raúl Feito confirmó la contaminación por pesticidas en muestras tomadas de distintas especies de árboles situados en varios puntos de la ciudad.

El trabajo, llevado a cabo por especialistas de la Universidad Nacional del Litoral, constató la presencia de atrazina hasta en los ejemplares de acacia bola que crecen en las inmediaciones del hospital Municipal de Trenque Lauquen, el cual se levanta a sólo 5 cuadras de la sede donde Feito ejerció como intendente.

A poco más de 700 metros del edificio de la Municipalidad, la Universidad Nacional del Litoral detectó plantas de paraíso contaminadas con 2,4-D.
Siempre en la zona céntrica de la ciudad, el monitoreo también ubicó variedades de catalpa con residuos de atrazina, mientras que en ejemplares de plátano, acer, sófora y fresno se constató trazas de 2,4-D en cantidades de mínimas a elevadas.

El expediente del estudio:


A tono con el discurso de quienes justifican la producción únicamente a base de químicos, en ese momento Feito replicó la presencia de los plaguicidas con el argumento que los fabricantes comenzaron a enarbolar cuando en marzo de 2015 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) colocó al glifosato en el rango de probablemente cancerígeno.

Por aquellos días, la misma Monsanto calificó la decisión de IARC como "sesgada", al tiempo que recordó que la reclasificación del glifosato como sustancia 2A igualaba la peligrosidad del herbicida con la de otros productos como el mate caliente, el aloe vera, el café, los teléfonos celulares y hasta los pickles.

Por supuesto, haciendo a un lado que la categoría 2A coloca al químico en un nivel de riesgo similar al establecido para el PCB de los antiguos transformadores o el virus del papiloma humano (HPV).

Damián Marino es doctor en Ciencias Exactas por la Universidad de La Plata y miembro del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA).

Contactado en julio de 2015 para interpretar el estudio inherente a Trenque Lauquen, el experto aconsejó lavar las muestras vegetales ya relevadas y luego procesarlas a fin de conocer con exactitud cuánto de estos químicos se mueven hoy en la atmósfera y en qué proporción son absorbidos por estos organismos vivos.

"El resultado de esa experiencia es clave porque lo que queda sobre la superficie refleja información del aire que se respira. ¿Si los valores registrados son altos o bajos? Bueno, en realidad no debería haber nada. No hay reglamentación para comparar los valores en superficie, aunque sí para lo referente a la calidad del aire", dijo.

Marino también enfatizó la necesidad de "medir los suelos próximos a los árboles para ver si no son vías posibles de incorporación" -esto es, monitorear que no sea la tierra circundante la que contaminó con los herbicidas a las plantas en cuestión-, además de recomendar "el inicio de estudios de calidad de aire".

"Dependiendo de esos estudios se puede definir si los árboles incorporaron los químicos por aire o por suelo, y a partir de ahí se puede trazar cuál es el grado de incidencia de los herbicidas en la salud", aseveró.

Categoría nociva

El 2,4-D fue declarado por IARC en el status 2B o posiblemente cancerígeno el 22 de junio de 2015. La categoría en la que fue incluido el 2,4-D lo exhibe tan nocivo como, por citar casos, el insecticida DDT, el furano -cuyo uso va desde la producción de solventes hasta, también, formulaciones para insecticidas de mortífera toxicidad-, o la combustión de naftas.

¿Qué significa en términos médicos la designación 2B? En concreto, que existe una evidencia aunque limitada de que el producto genera cáncer en los humanos, entre otros l.

Respecto del 2,4-D, IARC destaca: "… el último estudio (sobre los efectos del herbicida en fabricantes y aplicadores) dio indicios de mayor riesgo en las más altas categorías de exposición. Estudios de casos y controles de exposición al 2,4-D en relación con el linfoma y leucemia reportaron resultados mixtos."

“El consenso del grupo de trabajo fue que no hay pruebas suficientes en humanos para la carcinogenicidad del 2,4-D, aunque una minoría importante considera que existen pruebas en forma limitada”, sigue.

Para luego concluir: “La carcinogenicidad del 2,4D ha sido evaluada en múltiples bioensayos con roedores y en un estudio observacional con mascotas caninas. En ratones hembras la inyección subcutánea del éster de 2,4D aumenta la incidencia de sarcoma de células reticulares. En ratas machos el 2,4D en la dieta induce una positiva tendencia en la incidencia de un raro astrocitoma cerebral”.

Los contaminantes

Confirmada la presencia de atrazina y 2,4-D en el tejido urbano de Trenque Lauquen, vale la pena repasar historia, características y efectos de productos largamente cuestionados en distintas partes del mundo.

En el libro Envenenados (Wu Wei, 2013), este autor detalló la naturaleza de ambos químicos.

En el caso de la atrazina, se cita:

El herbicida desembarcó en la Argentina proveniente de Suiza durante la década del 60 para su aplicación sobre cultivos de maíz, caña de azúcar y sorgo.

Su empleo se incrementó, también, con la ampliación que experimentó la frontera agropecuaria a partir del año 2000 y se estima en alrededor de 6 millones la cantidad de litros que hoy se esparcen sobre el campo argentino.

En provincias como Entre Ríos, se ha detectado la aplicación sobre la soja de atrazina en combinación con el glifosato como método para erradicar las malezas que ya desarrollaron resistencias al Roundup.

En el mundo, el químico aparece como uno de los plaguicidas que más ha sido detectado en reservas subterráneas de agua. De ahí que desde 2004 su utilización está prohibida en toda Europa.

Diversos relevamientos concretados en el Viejo Continente comprobaron que la utilización de atrazina afecta la fertilidad de peces, aves y reptiles.

En 2010, el químico fue presa de una controversia internacional producto de un estudio de la universidad estadounidense de Berkeley que comprobó nuevos efectos sobre los anfibios.

La investigación arrojó que cuando los machos de los anfibios –se utilizaron ranas para la muestra– son expuestos a pequeñas cantidades de atrazina, el 75% de ellos queda estéril mientras que un 10% se convierte en hembra.

“En el medio natural, las ranas macho son hermafroditas en su etapa juvenil. En el estudio se comprobó que machos adultos pasaban a ser hembras al entrar en contacto con la atrazina. Ésta, al actuar sobre el sistema endocrino atenúa las hormonas que confieren los caracteres masculinos y, por tanto, permite la expresión reforzada de los valores femeninos. En el trabajo llevado a cabo en laboratorio, los machos auténticos copularon y procrearon con los machos feminizados”, detalla un artículo del diario español El Mundo que divulgó los resultados del estudio en marzo de 2010.

“Aunque el experimento se ha llevado a cabo en laboratorio, otros estudios de campo muestran que la atrazina es un disruptor endocrino tan potente que está afectando a las ranas en el medio salvaje y puede posiblemente ser la causa de la disminución de anfibios en todo el mundo”, agrega, en otro apartado.


En cuanto al 2,4-D, otro apartado de Envenenados:

El producto en cuestión debe su aparición a investigaciones realizadas en 1940, en Gran Bretaña, por los científicos de la Imperial Chemical Industries (ICI).

En sus instalaciones, y tras sucesivos estudios, los científicos dieron con las propiedades herbicidas de ciertas hormonas que, producidas sintéticamente, podían regular el crecimiento de las plantas. Acto seguido, desarrollaron la molécula química del MCPA (Metal-Cloro-Fenosa-Acético).

Durante la Segunda Guerra Mundial, los británicos tuvieron como plan rociar con MCPA los cultivos alemanes de papas y remolacha azucarera para, de esa forma, neutralizar dos variables vitales en la contienda: la disponibilidad de alimentos y combustibles, dado que los cultivos en cuestión también eran utilizados como base para el desarrollo de la energía que impulsó las bombas voladoras V1, V2 y V9 que Adolf Hitler disparó una y otra vez hacia Londres.

Pero los nazis se anticiparon al plan británico. Y bombardearon las instalaciones del ICI matando a miles de científicos. Dada la relevancia de las investigaciones, los especialistas que sobrevivieron fueron trasladados a Canadá y, principalmente, Estados Unidos.

Fueron, precisamente, los estadounidenses quienes completaron el círculo de desarrollo del 2,4-D. Primero, alterando la fórmula inicial del compuesto cambiando moléculas y, luego, adicionando átomos para alcanzar un desarrollo superior: el 2,4,5-T, un herbicida capaz de matar árboles de gran porte.

Entre 1944 y 1945, de acuerdo a información de las fuerzas armadas estadounidenses, el ejército de ese país evaluó los efectos herbicidas de más de 1.000 compuestos diferentes. Integraron esa nómina el 2,4-D y el 2,4,5-T.

El 2,4-D estuvo muy cerca de entrar en combate en mayo de 1945. Con la lucha entre Estados Unidos y Japón por el control del océano Pacífico en el cenit, los norteamericanos enviaron a las islas Marianas dos cargueros repletos de herbicidas. El 2,4,5-T también fue de la partida.

El objetivo: destruir los cultivos nipones de arroz.

Un trabajo de Sebastião Pinheiro, investigador de la brasileña Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS), detalla que al poco tiempo de suspendida la aplicación de los químicos sobre Japón, la estadounidense Dow, la británica ICI y un grupo de empresas menores de ambos países lanzaron el herbicida 2,4-D para su uso en campos sembrados con trigo, maíz, cebada, centeno y sorgo.

Pero la presencia del producto en contiendas bélicas no se agota en la Segunda Guerra Mundial. Así, la combinación de 2,4-D y 2,4,5-T reaparece a mediados de la década del 60, durante la guerra de Vietnam, dando origen a un arma química cuyos efectos negativos se perciben hasta hoy en ese país del sudeste asiático: el Agente Naranja.

Mediante el sistema de fumigaciones aéreas, y a lo largo de años, el ejército de los Estados Unidos roció con el Agente Naranja miles de hectáreas de selva en búsqueda de neutralizar tanto los escondites de la guerrilla comunista Vietcong como los cultivos de arroz con los que se alimentaba este grupo.

Fernando Bejarano, en una investigación publicada en 2007 por la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RA-PAL), asegura que “en el período de 1962 a 1970, unos 80 millones de litros de herbicidas, de los cuales 43 millones fueron del Agente Naranja, fueron rociados durante nueve años por el ejército norteamericano sobre la selva sur de Vietnam, constituyendo la mayor campaña de guerra química nunca antes empleada en la historia.”

“Millones de vietnamitas así como miles de pilotos, soldados y marinos de las tropas estadounidenses entraron en contacto con la mezcla de herbicidas y han sufrido sus consecuencias. Diversos tipos de cáncer, entre ellos leucemia y linfoma no-Hodgkin, así como malformaciones, problemas severos de la piel -como cloracné-, desórdenes metabólicos y cardiovasculares han sido atribuidos a la exposición por dioxinas”, agrega.

Las consecuencias tóxicas del uso de 2,4-D y 2,4,5-T dieron lugar a distintos litigios judiciales en años posteriores a la guerra de Vietnam:

• En 1979, 15.000 veteranos de guerra estadounidenses demandaron a las empresas productoras del Agente Naranja. Dow, Monsanto, Diamond Shamrock, Uniroyal y Hércules, las denunciadas.
• En 2004, la Asociación Vietnamita de Víctimas del Agente Naranja demandó por crímenes de guerra ante una Corte Federal de los Estados Unidos a las 37 corporaciones químicas que fabricaron y distribuyeron el compuesto durante los años de contienda. Otra vez, Dow y Monsanto aparecieron entre las acusadas.
• En 2006, una Corte de Corea del Sur sentenció a Dow y Monsanto a compensar a 6.800 coreanos afectados por el Agente Naranja durante la guerra de Vietnam.

Durante la década del 80, las químicas retiraron al 2,4,5-T del mercado pero siguen adelante con la comercialización del 2,4-D
.

Efecto de la deriva -esto es, la nube generada tras su aplicación, capaz de desplazarse por kilómetros- del herbicida en algunas de las huertas y lotes de Trenque Lauquen:


El mandato de la inacción
Irregularidades en los procedimientos, incumplimiento de ordenanzas, anuencia política para el sostén del privilegio de los actores económicos de mayor envergadura, inacción ante pruebas científicas contundentes, amenazas de ocasión, son algunas de las particularidades que hacen al comportamiento de los últimos representantes del Poder Ejecutivo trenquelauquense en materia de regulación al uso de agroquímicos.

El negocio de los pesticidas, mientras tanto, marcha viento en popa. Según facturas de compra a las que accedió este periodista, en la ciudad hay productores que realizan pedidos de químicos por montos superiores a los 2 millones de pesos. Es más, el grueso de los pagos de estas operaciones rara vez baja de las seis cifras.

El sector agrícola a través de sus actores y la complicidad política definen, entonces, la seguridad sanitaria de todo un distrito. Determinan el potencial de enfermedades del que pueden ser presa más de 40.000 personas. Incluidos los mismos productores, comercializadores de plaguicidas, e incluso funcionarios, obviamente.

A más de un año de presentado, el informe de contaminación confirmada por la Universidad Nacional del Litoral no ha derivado en ningún tipo de decisión oficial por parte de los actores de gobierno.

Algo similar ocurre en estos días con el acopio de agroquímicos en el galpón de la estación de trenes, ubicado en el centro geográfico de la ciudad. Esta semana se sumó la decisión de los concejales alineados con la Intendencia de posponer la prohibición al uso y transporte del herbicida 2,4-D en todo el distrito.

Todo esto, frente a una población que claramente sufre una explosión en los indicadores de cáncer, abortos y malformaciones, como bien se lo aseguró a quien aquí escribe el por entonces director del Hospital Municipal de esa ciudad.

También a mediados del año pasado, Héctor Boffi declaró ante este periodista que el 40 por ciento de los primeros embarazos que ocurren en Trenque Lauquen termina en aborto espontáneo. Asimismo, en cinco años, las malformaciones pasaron de 2 en 700 nacimientos anuales a promediar 7.

Otro dato aportado por Boffi: en la franja etaria que va de los 11 a los 40 años, el cáncer ya es la primera causa de muerte en ese partido. El profesional vinculó estas problemáticas en crecimiento al uso expandido de agroquímicos. Menos de 24 horas después de divulgadas las estadísticas por este autor en distintas redes sociales, y en pleno conflicto laboral con sus pares en el nosocomio municipal, Héctor Boffi fue desplazado de su cargo.

Lo expuesto por el ex directivo representa, hasta hoy y más allá de su confuso despido, el único pronunciamiento vinculado al principal centro médico respecto de qué ocurre con la salud en Trenque Lauquen. El hospital Municipal jamás expone datos y estadísticas de dolencias. En el sentido práctico, es como si en ese distrito del oeste bonaerense no ocurriera nada.

En definitiva, el respeto por la vida, al igual que el orgullo por el rótulo de ciudad ecológica por excelencia, parece que en Trenque Lauquen no es más que un laurel del pasado. Nada de lo que ocurre en el día a día invita a pensar lo contrario.




Artículo de difusión o reproducción libre siempre que se mencione la fuente
Patricio Eleisegui
Email: patricio.eleisegui@gmail.com

Comentarios

marisa covino dijo…
Excelente trabajo Patricio,.Muy profesional.Gracias




viky vecina de Trenque dijo…
Gracias patricio muy buena nota siempre aclaras todas nuestras dudas.

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